Una característica nuclear de la
Institución militar y de la cual todos nos sentimos orgullosos es que, ayudamos
al personal con problemas, pues consideramos que merece la pena, pero el
Ejército casi nunca se ha centrado en la meta complementaria, es decir, en
mejorar la vida de sus integrantes.
Es importante entender que el
concepto de salud es más amplio que la ausencia de enfermedad: un estado de
bienestar físico, mental y social, y no sólo la ausencia de enfermedad e
incapacidad, sino un estado positivo que implica al individuo en sí mismo en el
contexto de su vida.
Si se pretende mejorar la
eficacia de la Institución, se necesita tener presentes las interrelaciones
entre los individuos y la Institución, por tanto, no estamos ante una relación
unidireccional, sino bidireccional constructiva. De modo que, tanto la
organización como sus individuos creen un clima laboral que favorezca la mejora
del desempeño.
Desde esta aproximación, es tan
importante el bienestar de los miembros de las Fuerzas Armadas como la alcanzar
un óptimo estado de operatividad de las Unidades Militares, mediante la
implantación de los sistemas de trabajo denominados high-performance.
Estos modelos esta consolidados
en las corporaciones más importantes a nivel mundial y son el secreto de su
éxito.
A continuación voy a señalar las características que se pudieran
adaptar a una Institución como la nuestra:
· Que los procesos de selección se adapten al
puesto, pues, desgraciadamente, no todos valemos para todo.
· Que no sólo se destinen los esfuerzos de
formación a las habilidades técnicas, sino también a las habilidades
emocionales, formación de equipos de trabajo, resolución de conflicto, etc…
· Que en las retribuciones de los empleados se
tomen en consideración de una manera
significativa sus habilidades y conocimientos.
· Que se apliquen sistemas de remuneración que se
basen en el rendimiento individual y no
por turno.
·
Que exista un sistema de evaluación del
rendimiento.
·
Que se fomente explícitamente el trabajo en
equipo.
· Que el personal disponga de mecanismos para
plantear sus ideas, quejas y aportaciones en general, y se tengan en cuenta o
bien se razone su no idoneidad para la
Unidad.
· Que se realicen reuniones periódicas o encuestas
con el personal para conocer su grado de satisfacción, existiendo un feed-back
por parte del Jefe de Unidad.
· Que las relaciones de los Jefes con sus
subordinados sean, además de formales,
espontaneas e informales.
· Que se favorezca, en la medida de lo posible, la
participación del personal en la toma de decisiones de su Jefe directo.
·
Que se fomente la iniciativa y autonomía de los
subordinados en sus trabajos.
·
Que se perciba un clima de alta cooperación y
confianza.
·
Que las diferencias de estatus no estén muy
acentuadas.
Evidentemente, muchas de las
medidas citadas anteriormente están implantadas o en vías de ello. Sin embargo,
el Jefe es el actor principal para llevarlas a cabo, pues la Institución
Militar deja mucha libertad de acción para ejercer el mando.
Por consiguiente, si quieres mejorar
el desempeño de tu Unidad, mejorando a la vez la vida laboral de tus
subordinados, sigue el máximo de puntos antes descritos.