viernes, 7 de julio de 2017

EL LÍDER ESTA SOBREVALORADO.



El liderazgo es una cuestión subjetiva, pues de nada sirve que las cualidades de un Jefe sean excepcionales sino son percibidas como tales por su personal (los potenciales seguidores).

Durante cuatro años estuve destinado en una Unidad en la que tuve dos Jefes distintos, ambos tenían la misma capacidad de trabajo, ejercían el mando con prudencia y equidad,  e hicieron un buen papel. Sin embargo, mientras que el primero tenía seguidores, el segundo carecía de ellos. Vamos a continuación a relatar los motivos.

Alrededor de un líder deben de aparecer los primeros seguidores para tejer su liderazgo. Una vez captados es fundamental que, el Jefe trate a los primeros seguidores como iguales, pues una vez fanatizados por él, estos van a catalizar su acción de mando. Los primeros seguidores tienen el rol de alinear a sus subordinados con el propósito del Líder, y así sucesivamente hasta llegar al último integrante de la Unidad. Además, es esencial que el personal de la Unidad no observe sólo al líder remando, sino a los colaboradores también.

Una vez que, los primeros seguidores han conseguido atraer a sus inmediatos subordinados, estamos ante el punto de inflexión, pues ya son mayoría, y el personal que no esté alineado con la corriente dominante quedará desplazado.

Los primeros seguidores son una figura subestimada, mientras que los líderes están sobrevalorados. Es evidente que, el líder es el modelo a seguir pero son los primeros seguidores los que hacen posible el liderazgo. Normalmente, el Jefe por las obligaciones diarias que debe de cumplir y por el dimensionamiento de la Unidad, no puede llegar hasta el último soldado. Sin embargo, los colaboradores tienen mayor facilidad para influenciar en el conjunto de la Unidad por varios motivos: por proximidad y por presunción de más veracidad que el Jefe. Por lo tanto, no hay liderazgo sin los primeros seguidores.

Volviendo a mi experiencia en la Unidad en la que tuve dos Jefes seguidos. Mi primer Jefe intento tener influencia en sus colaboradores cercanos, destacaba por su relaciones interpersonales, habilidades sociales, espontaneidad, transparencia, previsibilidad y empatía. Además, tenía la virtud de apartar el trabajo a un lado para tomarse un café con sus potenciales seguidores para conocerles mejor, de este modo, descifro los anhelos de cada uno para ponerlos a disposición de su acción de mando.

Sin embargo, mi segundo Jefe, no fue capaz de coger el hilo a la Unidad, no se adaptó a las vicisitudes de ella, ni tampoco al del personal a sus ordenes,  pues desconocía las motivaciones de cada uno de nosotros y la idiosincrasia de la Unidad. Aparte, su estilo de mando era inflexible y su modelo de influencia se basaba sólo en el ejemplo, pretendiendo que todo el personal a sus órdenes se pareciera a él, no teniendo en consideración los aspectos emocionales de sus subordinados.

Por lo tanto, si quieres tener influencia hasta en el último rincón de tu Unidad.

1. Gánate a los primeros seguidores.
2. Trátalos como iguales.
3. El tiempo que estés con ellos no es tiempo perdido, sino que es invertido.
4. Descifra las motivaciones de tu personal.
5. Piensa como ellos para que actúen como tú.
6. Una vez captados, motívalos para que conviertan a sus subordinados en seguidores.
7. El modelo a seguir debe de ser sencillo y asequible para todos.
8. Fidelízalos, que te vean próximo y pendiente de ellos (profesional y personalmente).


1 comentario:

LA CLAVE PARA CHESIONAR

MEJORAR EL TRABAJO EN EQUIPO Existen tres aspectos que condicionan el grado de efectividad de los equipos: la cohesión, la ...