sábado, 24 de junio de 2017

UTILIDAD DEL DECALOGO CADETE


Si alguien coloca la palabra Liderazgo y navega por internet comprobara el sinfín de páginas relacionadas con el tema del liderazgo. La formación en cuestiones de liderazgo es algo demandado por las organizaciones empresariales para aumentar el desempeño profesional de los empleados.

Son muchas las teorías y estilos de liderazgo que he estudiado, por orden cronológico, enfoque del rasgo, el liderazgo transaccional, transformacional, carismático, positivo (de servicio, ético, autentico). Todos ellos tienen sus ventajas y desventajas, por lo tanto, un Jefe no debería alinearse con un estilo único, descartando los demás.

Otra cuestión que ha tenido gran controversia a lo largo de la historia es si el líder nace o se hace. En mi opinión, los líderes al igual que los grandes genios de la música nacen (Mozart con tan sólo 5 años componía obras musicales). Por lo tanto, los líderes no necesitan crecer puesto que nacen. Sin embargo, los gerentes que no disponen de esas aptitudes innatas si pueden mejorar, cumpliendo tres requisitos:

1.       Unas aptitudes mínimas.

2.       Una formación sobre las habilidades de liderazgo adecuada.

3.       Una voluntad real de crecer como Líder.

Los dos últimos requisitos, en mayor o menor medida, los podemos potenciar. Sin embargo, nos vamos a centrar en los actitudes/habilidades que debería tener un Jefe, y lo vamos a encuadrar en las Fuerzas Armadas.

No existe organización que tenga más valor el saber mandar que, en el Ejército. Valores como la disciplina, la subordinación, la lealtad y el compañerismo tienen un realce significativo, teniendo su peso específico en el proceso de socialización de la Institución Militar.

Todas las noches a control nocturno, durante los cinco años de estudio en la Academia General Militar, son recitados dos artículos del Decálogo del Cadete. Si uno lee con detenimiento observará que, están plasmados muchas de las actitudes anheladas por cualquier organización, para sus empleados en general y para sus directivos en particular.


A continuación, voy a analizar donde radica ese potencial proceso de enseñanza del liderazgo en el Ejército, que tan buenos frutos ha dado y lo sigue haciendo.

En primer lugar, y en base a los Planes de Estudio cursados, la formación en aspectos teóricos de liderazgo no tiene su importancia en las Academias militares (de los 340 ECTS que componen la carrera 4 ECTS son para el liderazgo). Sin embargo, a lo largo de mi carrera profesional, pocos son los cuadros de mando que consideraría como malos o muy malos, por el contrario los considero bueno o extraordinarios.   
 

 

Es evidente que el proceso de socialización en las FAS es único, 5 años y en régimen de internado es ideal para potenciar las actitudes beneficiosas y despojar las perjudiciales. Sin embardo, una alineación precisa con los objetivos de la Institución es una condición necesaria pero no suficiente para saber mandar. A continuación, voy a exponer cuales son las actitudes y procedimientos que un Jefe de Unidad debería tener y utilizar para ser un líder entre sus subordinados.

El liderazgo en la milicia lo definiría como un proceso de influencia entre el Jefe y sus subordinados con el fin de conseguir las metas que nos imponen nuestros Mandos. El cual se aprende principalmente por imitación de nuestros Jefes y compañeros.
 
1.       FASE DE PLANEAMIENTO.

Un primer aspecto a tener en cuenta es que, el Jefe de la Unidad debe tener en consideración el tipo de Unidad que va a mandar, púes no es lo mismo una compañía de fusiles que una compañía de Plana Mayor y servicios, mientras la primera la gente es más joven y aguerrida, la segunda cuenta con personal de mayor edad, siendo el trabajo burocrático.

Un segundo punto de consideración es lo que esperan mis subordinados de mí, por lo tanto, actitudes como la escucha activa y la empatía son esenciales para reorientarse en la Unidad.

Y en tercer lugar pero no menos importante son mis actitudes, experiencia y visión de conjunto que voy uno va acumulando en su carrera militar.

Los tres aspectos antes mencionados deben conjugarse para tener posibilidades de ascendencia sobre nuestro personal, de lo contrario estamos perdidos.

2.       FASE DE CONTACTO.

La principal tarea de los Cuadros de Mando en dar órdenes y tomar decisiones, por lo tanto a través de ellas, vamos a influenciar en nuestros subordinados.

Vamos a analizar el Decálogo del Cadete para ir analizando como nuestros antecesores en el cargo dieron con la clave del éxito del Liderazgo en los Ejércitos.

Ø  Marcar una referencia clara y lejana que de sentido al trabajo del día a día es esencial para dar sentido a nuestras vidas y que nos ayude a interpretar por qué se hacen las cosas. Los seres humanos nos movemos por valores, estos son la esencia de la motivación interna, la cual todas los lideres deben fomentar.

Ø  Marcar una forma de ser y comportarse compartida por todos los miembros es crítico, la presión del grupo tiene su influencia para que los vacilantes se alineen con el resto. Hay que tener en cuenta que, la necesidad de pertenencia e identificación grupal es una palanca para el Mando y por ello la debe poner en juego. El compañerismo, por nuestra profesión juega un papel extraordinario pero también para fomentar el espíritu de equipo. Por lo tanto, los periodos de instrucción durante muchos días lejos de casa son ideales para ello.

Ø  Toda decisión de mando de un Jefe debe estar supeditada, aunque sea de manera inconsciente, a catalizar el prestigio que tiene respecto a sus subordinados, más que ante sus superiores. El prestigio es una de las variables más volubles en la Institución Militar, uno puede haber tenido un comportamiento destacable como Jefe, pero cualquier indiscreción, abuso de autoridad o conducta fuera de los parámetros marcados como aceptables tendrá terribles consecuencias para su liderazgo. Un líder con prestigio siempre inspira confianza y seguridad en combate, siguiéndole has la muerte.

Ø  El líder manda con el ejemplo, es muy importante el exigir sólo aquello que uno está dispuesto a hacer, es evidente que no todos tenemos la misma edad, ni la misma condición física pero hay que estar con los subordinados siempre, arremangándose siempre. Me gustaría resaltar el concepto de adicto al trabajo, el que a un mando le guste trabajar fuera de las horas habituales de trabajo, no tiene por qué promover que también le guste a sus subordinados.

Ø  El ego, la envidia, los celos no son unos buenos complementos para un líder. Cuanto más personal existe en una organización más se da la murmuración, uno pudiera pensar que murmurar con un subordinado sobre un Superior le puede reportar algún beneficio, pero todo lo contrario, el subordinado lo vera como una evidencia para desconfiar de él, pues normalmente el murmurador lo hace en todas la direcciones. Aquí, si es fundamental el tener ciertas habilidades de inteligencia emocional para no caer en estos defectos.

Ø  Las buenas relaciones interpersonales son esenciales para ganarse a los subordinados, el desear sinceramente el bienestar de los otros, estar motivado para transmitir cariño y mostrar una preocupación por aspectos personales, familiares es esencial para consolidarse como líder. Las personas no somos tan racionales como pensamos por lo que tocar lo sentimental trae más beneficios que perjuicios.

Ø  El asumir más responsabilidades siempre y cuando no afecte al personal a mis órdenes es positivo, de lo contrario pudiera considerarse una conducta contraproducente, generando en el subordinado una actitud de cinismo (conductas y sentimientos negativos y sin escrúpulos al trabajo en general).

Ø  El reconocimiento sincero del trabajo bien ejecutado por nuestro equipo es fundamental. Nuestro trabajo consiste en corregir conductas (no personas), pero también es importante una palmadita en la espalda por un buen trabajo, la cual genera más endorfinas que un complemento económico.

Ø  Una manera de fomentar la iniciativa es por medio de la asunción de más responsabilidades, lo que llevara al subordinado a percibir más control de su puesto de trabajo y en la toma de decisiones. Es por este motivo que, debemos saber delegar y hacer partícipes, a nuestra gente, en la toma de decisiones, de esta manera las órdenes las asumirán como propias, evitando una supervisión permanente.

Ø  El realizar una acción sin esperar nada a cambio, abnegación, es uno de los valores más importantes en el Ejército, sobre todo cuando corre peligro la vida propia. Esta actitud como toda se puede potenciar entre nuestra gente, a través de la motivación interna.

Por último, me gustaría resaltar que estas son unas pequeñas pinceladas en relación con el Decálogo del Cadete, sin entrar, en un análisis más profundo y más detallado de lo que es mandar.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

LA CLAVE PARA CHESIONAR

MEJORAR EL TRABAJO EN EQUIPO Existen tres aspectos que condicionan el grado de efectividad de los equipos: la cohesión, la ...