viernes, 16 de marzo de 2018

LA CLAVE PARA CHESIONAR






MEJORAR EL TRABAJO EN EQUIPO

Existen tres aspectos que condicionan el grado de efectividad de los equipos: la cohesión, la integración del personal y la resolución de conflictos.

Respecto de la cohesión grupal, son muchos los factores que afectan a esa armonía, por ejemplo, el liderazgo, el nivel de identificación con la empresa, el grado de confianza entre jefes y subordinados, el grado de preparación, etc…

Sin embargo, fue el contacto físico lo que permitió la socialización de los individuos entorno a los primeros grupos. Los abrazos, apretones de mano, palmaditas en la espalda y caricias son protectores del daño emocional, que es inherente a nuestra vida en sociedad. Las endorfinas (opiáceos endógenos pero no adictivos) son disparadas en nuestro cerebro por el contacto físico.

Con el surgimiento de grupos más números y complejos se necesitaron el desarrollo de otra herramienta biológica que pudiera disminuir las consecuencias emocionales negativas de la vida en grupo.

La risa y el sentido de humor, además de instintiva, imparable y contagiosa, se puede hacer en grupo, lo que solventa los inconvenientes de las organizaciones complejas.

Sin embargo, el sentido de humor y la risa, no son los únicos elementos que debe de tener en su vademécum un líder autentico para la generación de bienestar social. A continuación, se van a señalar algunos otros para aumentar nuestra tolerancia emocional.

El ejercicio físico en grupo es una pieza clave en las unidades militares para conseguir cohesión o bienestar relacionado al grupo, así mismo se puede decir de la gameficación en las empresas civiles. El mantener una conversación informal con los subordinados en las comidas de empresa o a la hora del café son buenas oportunidades para aliviar tensiones emocionales y favorecer el conocimiento mutuo.


 Sin embargo, estas estrategias están avocadas al mayor de los fracaso si el jefe no las complementa con una internación cercana y con un interés sincero y desinteresado hacia su personal.

Por lo tanto, se hace necesario la ejecución de ejercicios de gameficación para del clima laboral,  y complementarlos con el adiestramiento en habilidades sociales y de promoción del sentido de humor en las esferas de control de cada jefe para la obtención de un mayor bienestar emocional  y de tolerancia emocional entre nuestros subordinados.    
 
 

viernes, 9 de marzo de 2018

EL EXITO Y EL PODER CORROMPEN


EL PODER Y EL ÉXITO COORMPEN EL CEREBRO

Según el psicólogo Ian Robertson tanto el poder como el éxito  corrompen al cerebro por lo que es necesario contrarrestar esos efectos, vacunándolo por medio de técnicas que hagan al individuo a salir de su zona de confort, enfrentándose a fracasos.

Tanto el poder como el éxito son parte las motivaciones primarias del ser humano, ambas son necesarias para la evolución, y son las principales causas que nos ha llevado a alcanzar el dominio de nuestro entorno.

Cada vez que conseguimos un éxito nuestro cerebro genera testosterona, a su vez, la testosterona activa la creación de dopamina, la cual controla el sistema de recompensa que va a provocar la creación de redes neuronales asociadas a los procesos de planificación, al objeto de aumentar el número o potencia de los éxitos o de la acumulación de más poder.

Hasta aquí todo correcto, pues en nuestros líderes se catalizara la creatividad, el optimismo, la inteligencia y la reducción del estrés, pues la dopamina reduce el cortisol (hormona del estrés).

Sin embargo, la dopamina es tremendamente adictiva, pudiendo convertir a un líder en un  Jefe déspota, que no dudará en hacer cualquier cosa para no ver resentida su dosis de dopamina, convirtiendo la empresa en tóxica.

En este sentido, el jefe déspota no pondrá en riesgo su prestigio ante situaciones nuevas (conservadurismo psicológico), no aceptará discrepancias o admitirá errores (pérdida de autoestima), y  por tanto, no fomentará el trabajo en equipo, tan necesario en un mundo tan competitivo como el actual.   

Ejercicios de gameficacion,  complementados con ejercicios para incrementar la baja tolerancia al fracaso van a promover que, el personal salga de su zona de confort de modo que:  

·         se enfrente a situaciones que no domina.

·         se enfrente a un fracaso en situaciones de estrés, pero evaluándose conforme al esfuerzo y no al resultado.

·         se refuercen las cualidades de disciplina y control emocional.


“ Incluso ante minúsculas dosis de poder, nuestro comportamiento cambia”
                                                                                                   Ian Robertson

LA CLAVE PARA CHESIONAR

MEJORAR EL TRABAJO EN EQUIPO Existen tres aspectos que condicionan el grado de efectividad de los equipos: la cohesión, la ...