Un problema inherente al mando es que nuestro personal, no sólo siga las ordenes dadas sino que las haga suyas. Pero alguna vez hemos pensado como lograrlo sin necesidad de la utilización de herramientas coercitivas.
La única manera para que un subordinado cumplimente una orden, haciéndola suya, es que quiera hacerlo. Y la única manera en que uno puede conseguir que alguien haga algo es dandole lo que desea. Pero ¿que os lo que puede desear más una persona?, el anhelo de sentirse apreciado es la respuesta.
Hace algunos años que aprendi que, no merecía la pena discutir con los demás para que hicieran bien las cosas. La crítica es inútil porque pone a la otra persona a la defensiva, y por lo común hace que trate de justificarse. La crítica es peligrosa, porque daña su autoestima, y despierta su resentimiento.
Por consiguiente, si queremos obtener cambios duraderos en nuestro personal, debemos descartar la critica de nuestro arsenal para modificar una actitud, de lo contrario, el resentimiento, que la crítica engendra puede desmoralizar, y seguir sin corregir la acción o comportamiento que se ha criticado.
Antes de seguir avanzando, es importante subrayar que las personas no somos tan racionales como creemos, por lo contrario, nos vemos impulsados por estereotipos, prejuicios, egos, vanidades, envidias, etc...
Cualquier mando puede censurar una actitud, pero seria más inteligente descifrar porque lo hacen, esto nos va a ser más util que la crítica.
El mayor incentivo que se le puede dar a una persona es el reconociendo sincero de su trabajo. Este es el motivo por el cual hay que estar deseo de elogiar y reacio a encontrar defectos. Sin embargo, como suelen actuar la mayoría de los Jefes, precisamente lo contrario. Si algo no les cuadra, no escatiman tiempo en montar un escándalo; si les gusta, no dicen nada.
Pero cuidado con el falso o vacío reconocimiento, la adulación, es detectada rápidamente por nuestro personal, no teniendo ningún efecto positivo, por el contrario, se volverá en nuestra contra.
El saber elogiar es una actitud, y como tal, se puede mejorar. Para conseguirlo deja de pensar sólo en ti por un rato y presta atención a las buenas cualidades de tus subordinados, y reconoce su trabajo cuando se lo merezcan.
Otro aspecto esencial para que nuestro subordinado hago lo ordenado, es despertando ilusión en la acción a realizar, de modo que se incremente su motivación interna, u orientación al logro. Para ello, es nuclear el hacerles participes de la decisión tomada y escuchar sus posibles objeciones. Partimos de la base se que, toda nuestra gente viene a la Unidad a trabajar y nadie sale de sus casas pensando en que como lo va a hacer mal. Por lo tanto, vamos a aprovechar esa inercia a nuestro favor.
Por lo tanto, de ahora en adelante sigue las siguientes reglas si quieres modificar una conducta desde sus raíces:
- REGLA 1: NO CRITIQUES UNA CONDUCTA.
- REGLA 2: DEMUESTRA UN RECONOCIMIENTO SINCERO.
- REGLA 3: DESPIERTA ILUSIÓN.
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