viernes, 29 de septiembre de 2017

LIDERAZGO SIGLO XVIII



Después de un estudio en la historia de las organizaciones he encontrado pocas referencias, por no decir ninguna, a la contribución de los Ejércitos al desarrollo del liderazgo en el mundo empresarial. Sin embargo, la milicia es un campo abonado al managment, y en este sentido hay que destacar la Reales Ordenanzas de Carlos III (1768).
Estas ordenanzas reflejan aspectos de rabiosa actualidad como son: el plan de acogida, el mentoring, el coaching, aspectos de socialización, rituales, estatus, formación, imagen corporativa y violencia de genero.
Además, muchos de los rituales actuales en el Ejército vienen reflejados en estas Reales Ordenanzas. Por ejemplo, descubrirse al leer la orden del día, el saludo cubierto, el relevo de las guardias de seguridad y el procedimiento de dar novedades a la Autoridad que preside un acto militar.
A continuación voy a exponer unos artículos que constatan esa preocupación de nuestros antecesores para el buen mando de los Ejércitos. 

DEL SOLDADO.
ARTÍCULO PRIMERO
El Recluta que llegare a una Compañía, se le destinará a una Esquadra, de cuyo Cabo será enseñado a vestirse con propiedad, y cuidar sus armas, enterándosele de la subordinación, que desde el punto en que se alista en el servicio, debe observar exactamente (PLAN DE ACOGIDA/SOCIALIZACIÓN).
4. A ningún Recluta se permitirá entrar de Guardia, hasta que sepa de memoria todas las obligaciones de una Centinela, llevar bien su arma, marchar con soltura, y ayre, y hacer fuego con  prontitud, y orden (FORMACIÓN).
5. Desde que se le sienta su plaza, ha de enterársele de que el valor, prontitud en la obediencia, y grande exactitud en el servicio, son objetos a que nunca ha de faltar, y el verdadero espíritu de la  profesión (SOCIALIZACIÓN).
8. A todo Oficial General que halle sobre su marcha, (no estando de facción) debe pararse, y quadrarse para saludarle al pasar inclinando la cabeza, y haciendo la cortesía con la mano derecha, llevándola al Escudo de la gorra; y al enderezar la cabeza, dexará caer con ayre la mano sobre los  pliegues de la casaca; y a los Oficiales de qualquiera Cuerpo, Sargentos de su Regimiento, y Cabos de su Compañía, se parará, y hará la demostración de llevar la manoderecha al Escudo de la gorra, sin inclinar el cuerpo, ni la cabeza (RITUALES).
14. En el esmero del cuidado de la ropa consiste la ventaja de que el Soldado no se empeñe, como que grangée el aprecio de sus Gefes; y para lograr uno, y otro, se labará, peynará, y vestirá con aseo diariamente, tendrá los zapatos, evillas, y botones delvestido limpios, las medias tiradas, el corbatín  bien puesto, su casaca, chupa, y calzón sin manchas, rotura, ni mal remiendo, las caídas del pelo cortas, y con un solo bucle a cada lado, la gorra bien armada, y en todo su porte, y ayre marcial, dará a conocer su buena instrucción, y cuidado (IMAGEN COORPORATIVA).
15. No ha de llevar en su vestuario prenda alguna que no sea uniforme: nunca se le permitirá ir de capa, ni con redecilla, fumar por la calle; ni fuera de los Cuerpos de Guardia, sentarse en el suelo, en Calles, ni Plazas públicas, ni otra acción alguna, que pueda causar desprecio a su persona (IMAGEN COORPORATIVA).
21. Se prohibe, baxo de severo castigo, al Soldado, toda conversación, que manifieste tibieza, o desagrado en el servicio, ni sentimiento de la fatiga que exige sus obligación; teniendo entendido, que para merecer ascenso, son cualidades indispensables el invariable deseo de merecerlo, y un grande amor al oficio (SOCIALIZACIÓN). .
DEL CABO
6. Cuidará, que cada Soldado de su Esquadra sepa su obligación; enseñará el modo de vestirse con  propiedad, conservar sus Armas en el mejor estado, conocer sus piezas, y faltas, poner bien las  piedras, y apuntar con bala (MENTORING).
13. El Cabo estará en todo subordinado al Sargento para qualquiera asunto del servicio; y solo  podrá acudir a su Subteniente, en caso de tener quexa del Sarganto: al Teniente, quando latenga de ambos; y al Capitán, y demás Gefes por graduación, siempre que no se le haga justicia (CONDUCTO REGLAMENTARIO).
14. El Cabo primero, y el segundo recibirán con gorra quitada la orden del Sargento, y poniéndosela después de este acto el primero, formará en ala su Esquadra para comunicarla a sus Soldados; éstos y el Cabo segundo se descubrirán a un mismo tiempo, manteniendo su gorra en la mano derecha, que dexarán caer con ayre, y uniformidad sobre los pliegues de la casaca; y en esta disposición, guardando todos silencio,y compostura, les explicará el primer Cabo la Orden General, que haya recibido, nombrará los que entran de servicio el día siguiente, y añadirá las prevenciones que tenga por conveniente para la policía, y gobierno de su Esquadra (RITUALES).
65. Quando llegase la Compañía al Pueblo de su tránsito, el Cabo recibirá del Sargento las Boletas  para su Esquadra; elegirá para sí la mejor casa, y desando la segunda para el segundo Cabo, o el que hiciere sus veces, hará que los Soldados sorteen las demás Boletas: visitará cada casa, para ver si el Soldado tiene en ella la debida asistencia, y avisará a todos los Patrones en que casa se aloja, para que acudan a él, si tuvieren de dar alguna quexa (ESTATUS).


DEL SARGENTO
17. Harán los Sargentos su rancho juntos; y si huviere en la Compañía algún Soldado, o Cabo de distinción, que solicite comer con ellos, podrán admitirle; pero para esto precederá el consentimiento del Capitán(ESTATUS). .
18. No usarán en su vestuario prenda alguna, que no sea de uniforme, ni se diferenciarán del Soldado en el modo de llevarlas puestas IMAGEN COORPORATIVA)..
20. Quando llegue el Subteniente, saldrá el primer Sargento ocho, o diez pasos a recibirle, y darle noticia del Estado de la Compañía, número de los presentes, y el de los ausentes, con sus nombres, y destinos. Durante la Revista del Subteniente, el primer Sargento le seguirá con la Alabarda recogida, o el Fusil terciado; y sólo el será responsable al Subteniente de las faltas que éste hallare, siendo muy contrario a la exacta vigilancia del Sargento Primero, el disculparse con la omisión del inferior, y a la subordinación el no hacer cargo al inmediato Cabo Subalterno. Concluida la Revista del Subteniente, pasará el primer Sargento a ocupar su puesto; pero si el Subteniente no compareciese, por ausente, o enfermo, practicará lo dicho el primer Sargento con el Teniente; y si por descuido del Subteniente se atrasase el servicio, y se hallare ya presente el Teniente, o (en defecto también éste) el Capitán evaquará su oficio con el Oficial que se hallare (RITUALES).

Violencia a mugeres
82. El que forzare a muger honrada, casada, viuda, o doncella, será pasado por las Armas; pero quando solo conste de la intención deliberada, y esfuerzos para conseguirlo, será desterrado a diez años de Presidio de África, o seis de Arsenales, debiendo justificarse, que no haya intervenido actual amenazas de Armas de qualquiera suerte; pues en este caso, o en el de que la muger ofendida haya padecido algún daño notable en su persona, será precisamente condenado a muerte el agresor.
119. El Oficial que diere palo, o bofetón a otro, será despedido del servicio, y destinado a encierro por toda su vida en un Castillo con estrecha reclusión.
121. Para ningún delito de los explicados en este Título podrá servir de escusa la embriaguez, cuyo vicio deberá ser cuidado de los Gefes Militares al corregirle, y castigarle con penas arbitrarias,
haciendo entender a la Tropa de su cargo, que el alegato de estar privado, no le relevará del castigo que merece por el delito que cometa.
























viernes, 15 de septiembre de 2017

LA SOCIALIZACIÓN MILITAR



En el Ejército para conseguir que los nuevos soldados se adapten a los requerimientos del puesto, se infra ponderan los procesos de reclutamiento y de selección, en favor de la formación impartida en los Centros de Formación de Tropa.
La formación de los aspirantes no sólo se dirige a la adquisición de competencias para desarrollar sus cometidos tácticos, sino que también, se pretende su adaptación a la cultura de la Institución, es decir, su socialización.
El Centro Docente se vale de tácticas y procesos de socialización, de modo que, el aspirante modifique ciertos valores, actitudes y rasgos de personalidad para encajar como individuo de pleno derecho en las Fuerzas Armadas.
La relación de los alumnos con los Instructores es un predictor de su rendimiento futuro, el profesor sirve de modelo, teniendo el poder formal de recompensa y castigo, y media en el flujo de comunicación descendente.
En las dos primeras semanas se produce un acople entre las expectativas con las que ingresan los alumnos y la realidad militar. A mayor grado de disconformidad mayor tasa de bajas voluntarias. Cuanto mayor sea el ajuste entre las expectativas iniciales y la realidad mayor será el desempeño y el grado de compromiso del alumno en su destino.
Otro aspecto importante a tener en cuenta en los Centros de Formación es la claridad del rol asignado. El Instructor transmite al alumno el conjunto de expectativas o conductas esperadas y el alumno debe de asumirlas. La claridad de rol está asociada de manera positiva con la satisfacción, el compromiso y el desempeño futuro.
La característica fundamental del comportamiento del aspirante es que es proactivo, buscando constantemente información para reducir la incertidumbre en su nueva situación. En esta etapa, el instructor responde a las preguntas del alumno y le sirve de modelo para obtener respuestas, por lo tanto, el acierto de los instructores en esta fase va a ser clave para el acople definitivo del alumno a las Fuerzas Armadas.
El ingreso en la Institución Militar está marcado por el desajuste, el estrés y la incertidumbre. La incorporación presenta ciertos desafíos y dificultades, siendo su resolución favorable esencial para el buen funcionamiento del soldado en la organización. En caso contrario, la falta de compromiso y de valores se apoderara de las Unidades militares.

viernes, 8 de septiembre de 2017

GANATE A TU PERSONAL, EN SERIO



Si hay una problemática recurrente en todas las Unidades por las que he pasado es la desvinculación del personal con los eventos organizados por la Institución, y que tienen un carácter voluntario como por ejemplo los días de la Unidad o las patronas.
En estos años he sido testigo de cómo los Jefes intentan impulsar la participación del personal en estos eventos, siendo común el fracaso alcanzado por la mayoría de ellos.
No hace mucho tiempo, a un Jefe de Unidad le extraño la falta de convocatoria a una patrona por parte de su personal, decidiendo invertir esa tendencia endémica para el siguiente año. Sin embargo, fracasó estrepitosamente al igual que lo hicieron sus antecesores en el cargo, pues focalizo el problema de una manera superficial.
Hay un concepto que se ha repetido en numerosas ocasiones en este blog, y es que, para que alguien haga algo, este lo debe de querer realizar, es decir, estamos ante una cuestión de actitud, y las voluntades no se modifican de un día para otro y menos con una simple arenga.
Un Líder autentico es capaz de influenciar en sus subordinados sin ningún tipo de transacción, pero para ello, desde el primer día, su máxima preocupación debe de ser que, su personal se identifique de una manera nuclear con su Unidad, es decir, con el personal que la compone.
El liderazgo es el proceso de influir en los subordinados a lo largo del tiempo, de forma que los anima a contribuir voluntariamente a la consecución de los objetivos organizacionales.
Hace unos cuantos años, cuando las Unidades tenían una entidad más pequeña, existían barriadas militares y no estaba tan extendida la contribución de la mujer a la economía familiar, era mucho más sencillo la interacción y la existencia de puntos en común entre el personal destinado en la misma Unidad militar. Sin embargo, en la actualidad las relaciones, mayoritariamente, sólo tienen un componente profesional.
Las Bases militares que albergan a más de 2000 personas, tiende a deshumanizar al personal y origina que, apenas conozcamos a nuestros jefes, compañeros y subordinados, y lo que es  peor aún, no sintamos la necesidad de hacerlo. Por ejemplo, yo tuve un Jefe en una misión internacional que, después de 6 meses juntos, desconocía no sólo el nombre de mi esposa sino el número de hijos que tenía, ¿pensáis que me fanatizo?.
Es natural que a las personas nos cueste salir de nuestra esfera de confort, y por tanto, tendamos a relacionarnos sólo con personal del mismo status o empleo a la hora del café o una celebración por ejemplo. Sin embargo, si de verdad quieres que la gente se identifique con la Unidad y participe en sus actividades, intenta formar un grupo con todo el personal que compone la Unidad, para lo cual:
·  Interacciona con todos, no sólo con tus más próximos colaboradores.
·  Haz que te vean semejante a ellos, pues todos tenemos similares anhelos y necesidades.
·  Vincula al personal, en la medida de lo posible, en la toma de decisiones para que se identifiquen con la Unidad y alcancen una mejor percepción de los retos de la Unidad.
·  Busca objetivos compartidos.
·  Intenta tejer una historia común con tu personal.
·  Haz por conocer a tus subordinados y que te conozcan.
·  Se empático.
Si tus subordinados perciben que estas para servir a la Unidad y no para servirte de ella, tendrás mucho ganado para lograr tus objetivos. En caso contrario, será misión imposible y provocaras un sentimiento de cinismo en tu personal.
Por lo tanto, antes de proponerte una meta tan compleja como que, participe el mayor número de gente en los actos de la Unidad, reflexiona sobre si vas a ser capaz de salir de tu esfera de confort e intégrate con el resto de tu Unidad.


viernes, 1 de septiembre de 2017

EL ADICTO AL TRABAJO




En ocasiones resulta difícil diferenciar la aproximación positiva del trabajo, que se caracteriza por la dedicación, el esfuerzo o la implicación, del exceso de dedicación al trabajo o la adicción (workalcoholic).
Es evidente que la pasión puede ayudar a incrementar la motivación, potenciar el bienestar y la identificación con la Institución (pasión armoniosa). Sin embargo, también puede generar emociones negativas y generar toxicidad (pasión obsesiva).
La personas con una personalidad débil son el caldo de cultivo perfecto para la pasión obsesiva, pues asumen el trabajo como parte de la propia identidad, lo cual genera una presión interna para abordar sus tareas profesionales diarias, sintiéndose fatal si no las llevan a cabo durante la mayor parte del arco horario, incluidos los fines de semana. Además, como su voluntad no es promovida por ningún anhelo de recompensa o reconocimiento es muy complicada de modificar. 
Aunque la adicción al trabajo no es exclusiva de ninguna organización en particular, los valores militares que se inculcan en la Institución pudieran  favorecer dichas conductas entre nuestro personal.
Una vez estuve bajo las  órdenes de un workalcoholic, y si soy sincero, no fue una experiencia ni personal ni profesional agradable, pues o pensabas y actuabas como él, o te consideraba que no eras de los suyos, ni digno de pertenecer a su Institución.  
Como norma general, los Jefes no consideran a los adictos al trabajo un problema, pues, desde un punto de vista egoísta piensan que, les están sacando el trabajo. Sin embargo, los líderes si los identifican como un problema para la Unidad.
La adicción al trabajo es una enfermedad y como tal hay que tratarla, pero lo primero que un líder debe de hacer es distinguir al subordinado ejemplar del adicto, lo cual es muy sencillo si se conocen las características que están presentes en la mayoría de ellos:
· Trabajo excesivo y compulsivo.
· Problemas extra laborales (familiares).
· Perfeccionismo e inseguridad.
· Necesidad de control.
· Su trabajo es considerado el centro de gravedad de su vida.
· Negación del problema.
En un principio, pudiera considerarse al adicto al trabajo como una persona eficaz. Sin embargo, normalmente este tipo de personas suelen realizar tareas innecesarias para la Unidad, lo que le hace pasar muchas horas trabajando, por lo que su rendimiento nunca será óptimo.
Suelen ser  enemigos de lo bueno al buscar siempre lo perfecto, y como sólo piensan en el trabajo, es decir, en sí mismos, las relaciones con su equipo son pobres, originando  un gran desgate entre sus subordinados.

Reseñar que, les horroriza cometer un error o no tener control sobre el trabajo, por lo que toman una actitud conservadora en la toma de decisiones, siendo numerosas e interminables las reuniones que someten a sus equipos. Además, no tienen el menor escrúpulo en convocarlas o alargarlas fuera del horario habitual de trabajo. 
Todo lo anterior origina a largo plazo problemas de salud y situaciones familiares dramáticas. Por lo tanto, seamos líderes auténticos, no seamos egoístas e intentemos identificar y tratar a estos adictos, como lo que son y ocasionan, por el bien no sólo de ellos, sino también de sus subordinados.  


LA CLAVE PARA CHESIONAR

MEJORAR EL TRABAJO EN EQUIPO Existen tres aspectos que condicionan el grado de efectividad de los equipos: la cohesión, la ...