Si hay una problemática recurrente
en todas las Unidades por las que he pasado es la desvinculación del personal
con los eventos organizados por la Institución, y que tienen un carácter voluntario
como por ejemplo los días de la Unidad o las patronas.
En estos años he sido testigo de cómo
los Jefes intentan impulsar la participación del personal en estos eventos,
siendo común el fracaso alcanzado por la mayoría de ellos.
No hace mucho tiempo, a un Jefe
de Unidad le extraño la falta de convocatoria a una patrona por parte de su
personal, decidiendo invertir esa tendencia endémica para el siguiente año. Sin
embargo, fracasó estrepitosamente al igual que lo hicieron sus antecesores en
el cargo, pues focalizo el problema de una manera superficial.
Hay un concepto que se ha
repetido en numerosas ocasiones en este blog, y es que, para que alguien haga
algo, este lo debe de querer realizar, es decir, estamos ante una cuestión de
actitud, y las voluntades no se modifican de un día para otro y menos con una simple
arenga.
Un Líder autentico es capaz de
influenciar en sus subordinados sin ningún tipo de transacción, pero para ello,
desde el primer día, su máxima preocupación debe de ser que, su personal se
identifique de una manera nuclear con su Unidad, es decir, con el personal que
la compone.
El liderazgo es el proceso de
influir en los subordinados a lo largo del tiempo, de forma que los anima a
contribuir voluntariamente a la consecución de los objetivos organizacionales.
Hace unos cuantos años, cuando
las Unidades tenían una entidad más pequeña, existían barriadas militares y no
estaba tan extendida la contribución de la mujer a la economía familiar, era mucho
más sencillo la interacción y la existencia de puntos en común entre el
personal destinado en la misma Unidad militar. Sin embargo, en la actualidad las
relaciones, mayoritariamente, sólo tienen un componente profesional.
Las Bases militares que albergan
a más de 2000 personas, tiende a deshumanizar al personal y origina que, apenas
conozcamos a nuestros jefes, compañeros y subordinados, y lo que es peor aún, no sintamos la necesidad de hacerlo.
Por ejemplo, yo tuve un Jefe en una misión internacional que, después de 6 meses
juntos, desconocía no sólo el nombre de mi esposa sino el número de hijos que tenía, ¿pensáis que me fanatizo?.
Es natural que a las personas nos
cueste salir de nuestra esfera de confort, y por tanto, tendamos a relacionarnos
sólo con personal del mismo status o empleo a la hora del café o una
celebración por ejemplo. Sin embargo, si de verdad quieres que la gente se
identifique con la Unidad y participe en sus actividades, intenta formar un
grupo con todo el personal que compone la Unidad, para lo cual:
· Interacciona con todos, no sólo con tus más próximos
colaboradores.
· Haz que te vean semejante a ellos, pues todos
tenemos similares anhelos y necesidades.
· Vincula al personal, en la medida de lo posible,
en la toma de decisiones para que se identifiquen con la Unidad y alcancen una
mejor percepción de los retos de la Unidad.
· Busca objetivos compartidos.
· Intenta tejer una historia común con tu
personal.
· Haz por conocer a tus subordinados y que te
conozcan.
· Se empático.
Si tus subordinados perciben que
estas para servir a la Unidad y no para servirte de ella, tendrás mucho ganado
para lograr tus objetivos. En caso contrario, será misión imposible y
provocaras un sentimiento de cinismo en tu personal.
Por lo tanto, antes de proponerte
una meta tan compleja como que, participe el mayor número de gente en los actos
de la Unidad, reflexiona sobre si vas a ser capaz de salir de tu esfera de
confort e intégrate con el resto de tu Unidad.
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