En el Ejército para conseguir que
los nuevos soldados se adapten a los requerimientos del puesto, se infra
ponderan los procesos de reclutamiento y de selección, en favor de la formación
impartida en los Centros de Formación de Tropa.
La formación de los aspirantes no
sólo se dirige a la adquisición de competencias para desarrollar sus cometidos
tácticos, sino que también, se pretende su adaptación a la cultura de la Institución,
es decir, su socialización.
El Centro Docente se vale de tácticas
y procesos de socialización, de modo que, el aspirante modifique ciertos
valores, actitudes y rasgos de personalidad para encajar como individuo de
pleno derecho en las Fuerzas Armadas.
La relación de los alumnos con
los Instructores es un predictor de su rendimiento futuro, el profesor sirve de
modelo, teniendo el poder formal de recompensa y castigo, y media en el flujo
de comunicación descendente.
En las dos primeras semanas se
produce un acople entre las expectativas con las que ingresan los alumnos y la
realidad militar. A mayor grado de disconformidad mayor tasa de bajas
voluntarias. Cuanto mayor sea el ajuste entre las expectativas iniciales y la
realidad mayor será el desempeño y el grado de compromiso del alumno en su
destino.
Otro aspecto importante a tener
en cuenta en los Centros de Formación es la claridad del rol asignado. El Instructor
transmite al alumno el conjunto de expectativas o conductas esperadas y el
alumno debe de asumirlas. La claridad de rol está asociada de manera positiva
con la satisfacción, el compromiso y el desempeño futuro.
La característica fundamental del
comportamiento del aspirante es que es proactivo, buscando constantemente
información para reducir la incertidumbre en su nueva situación. En esta etapa,
el instructor responde a las preguntas del alumno y le sirve de modelo para
obtener respuestas, por lo tanto, el acierto de los instructores en esta fase
va a ser clave para el acople definitivo del alumno a las Fuerzas Armadas.
El ingreso en la Institución
Militar está marcado por el desajuste, el estrés y la incertidumbre. La incorporación
presenta ciertos desafíos y dificultades, siendo su resolución favorable
esencial para el buen funcionamiento del soldado en la organización. En caso
contrario, la falta de compromiso y de valores se apoderara de las Unidades
militares.
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